Monday, August 30, 2010

Cenizas

Ayer, al mediodía, a los siete días de su partida, esparcimos la gran parte las cenizas del poeta en el mar Caribe, desde el acantilado de La Caleta. Lo que queda de sus restos cremados Eva lo echará en el Mediterráneo desde Palma de Mallorca. 

La brisa nos empapó del polvo y le dije a Eva:

--Te cayo encima el polvo del cual viniste...

--Nunca mejor dicho--, contestó. --De su polvo nací yo...


Luego nos fuimos Eva, Gervasio, los profetas Moisés y Jesús, Ramona, Georgina y lo que quedó de Alfonso bajo mi brazo, al 'Picapeje El Buzo' en Andrés, Boca Chica. Nos dimos un banquete de camarones, pulpo, lambí y pejes en honor a Alfonso que me llevó a este restaurancito a comer su famosa sopa hace muchos años ya. Nos reímos, lloramos, bailamos y gozamos al son de Brugal Extra Viejo, hasta casi introducimos a Eva a los secretos de Luís Segura con su corazón de acero, que tanto le faltó a su padre y mi amigo, y la pena que sin embargo siempre le sobraba por los desamores. 

Acabamos en casa de Alfonso con el vino, los poemas, las fotos y con Sabina por supuesto, pero ya sin los profetas.


Hoy por la mañanita me preguntó mi hijo dónde enterramos las cenizas de Alfonso. Le dije que no las enterramos, que las echamos al mar.

--Oye, pero esto es mucho mejor que enterrar--, me dice ocurrente. --Así para visitarlo no hay que ir a ningún lugar específico. Basta con acercarse al mar para estar cerca de Alfonso. Que bueno!!!

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